Son estos renombrados jardines ingleses [...] “han hecho perder la cabeza a todos”

En el alba de la predilección masiva por los Pirineos, relaciones triangulares fértiles se han jugado entre pinturas, jardines y descubrimiento de nuevos paisajes, y ciertos sitios de la cordillera no constituyen una excepción. En este sentido, el pintor Pierre-Henri de Valenciennes (Tolosa, 1750 - París, 1819) no es ajeno al atractivo que van a ejercer estas montañas en el transcurso de las primeras décadas del siglo XIX. En las reflexiones y consejos relativos al jardín y a la pintura paisajística que publica en su tratado de perspectiva (1), declara que nadie es mejor equipado que los artistas para realizar un jardín paisajístico y que “para tener la osadía de preciarse de rivalizar con la naturaleza creando sitios dignos de adoptar por ella […] hace falta haber visto Italia, Suiza, los Pirineos, y demás países románticos que desarrollan el genio.”

En el mismo momento, el alemán Hirschfeld, autor de una Théorie de l’art des jardins (1779-1785), advierte que el viajero “no exige el país sino pintura de paisaje. Y encuentra en efecto ésta al albur de la naturaleza; pero el gusto se la fabrica por medio de las perspectivas de la carretera y gracias a plantaciones oportunas de árboles y bosquecillos.”

Pierre Gorse : Lago jardín inglés en Luchon
Pierre Gorse : Lago jardín inglés en Luchon.
Bibliothèque patrimoniale, cote ALB-055

En un movimiento contrario, las bellezas que encontraron los viajeros británicos en el siglo XVIII en Italia han moldeado, como sabemos, el jardín paisajístico inspirándose de los paisajes clásicos de Nicolas Poussin y Claude Gelée llamado el lorenés, artistas franceses que vivieron en Roma en el siglo XVII. Son estos renombrados jardines ingleses que, según bien dice Valenciennes, “han hecho perder la cabeza a todos”. Especialmente la suya puesto que escribe respeto del valle de Campan: “La mezcla de culturas, praderas, manadas y viviendas, que contrasta con la sequía de las montañas del este, presenta el aspecto de un vasto y magnifico jardín inglés.”

« La mezcla de culturas, praderas, manadas y viviendas, que contrasta con la sequía de las montañas del este, presenta el aspecto de un vasto y magnifico jardín inglés. »

Además, se sabe que había preguntado detalles a Ramond de Carbonnières acerca de la fauna, flora y mineralogía pirenaicas, el cual le respondió el 26 de febrero de 1797: “Hágale el favor al arte de (…) colocar [su caballete] frente a esas masas imponentes, que hasta ahora no han producido sino malas pinturas porque no las vieron ni Salvator, ni Poussin, ni Claudio de Lorena, ni usted. Aquí está Arcadia y sus cascadas no tienen nada que envidiar a las de Tívoli.” Todo eso constituye el inicio de un programa itinerante de las bellezas imprescindibles, que van a establecer y repetir numerosos artistas prerrománticos y románticos, y luego las élites cultas de la sociedad europea fiándose de sus imágenes.

El modelo inglés actúa como una matriz, un arquetipo que conforma la mirada de los viajeros que buscan entonces los rasgos estéticos de éste en la naturaleza salvaje y humanizada de los Pirineos. Son muchos los pintores formados por Valenciennes que viajan allí por orden de su maestro. Lo ilustra perfectamente Joséphine Sarazin de Belmont (1790-1871) de quien el Journal de Houbigant resalta abundantemente la explotación litográfica de una estancia en los Pirineos.

Sarazin de Belmont : Cueva de Mailly
Sarazin de Belmont : Cueva de Mailly.
Archives départementales des Pyrénées-Atlantiques, cote 9Fi89

Valiéndose de las pocas páginas que Valenciennes dedica a los Pirineos, estos jóvenes artistas van a saborear en Gavarnie y en el valle de Campan, por su sublime o pintoresco encanto, “teatro inmenso”, “precipicios”, “Pico de Midi”, “cueva”, cascadas, céspedes árcades o praderas “salpicadas de flores [en] Tramésaigues y Grip” , etc.

Es elocuente la comparación entre, por un lado, las imágenes que difunden las figuras paisajísticas de los parques y jardines idealizados, desde el “paseo o itinerario de los jardines de Ermenonville” y los Cahiers des Jardins anglo-chinois de Lerouge (1775) hasta los Plans raisonnés de toutes les espèces de jardins de Thouin y, por otro, los sitios pirenaicos rápidamente convertidos en lugares de paso obligado. Es todo esto, pero en números mayores y a escala más amplia, que los viajeros hallan realmente en los Pirineos, de valle en valle, y al cual remite su correspondencia. Son abundantes las referencias a los jardines diseminadas por ejemplo a lo largo de Voyage pittoresque dans les Pyrénées françaises et les départements adjacents publicado de 1826 a 1830 por Antoine-Ignace Melling (1763-1831), y cuyo texto acompaña setenta y dos láminas grabadas a partir de los dibujos realizados del natural. Así
pues, el fondo del valle de Saint Sauveur (Altos Pirineos) “es considerado superior a los bajíos de Citera”; la cueva de Gèdre solicita a “náyades” y recuerda “el baño de Diana” o los “baños de Apolo en el parque de Versalles”. En Cauterets, cuyo entorno vegetal es bastante recargado, “el arte solamente intentó asistir la naturaleza […] ramos de árboles frondosos únicamente atraen las miradas para proporcionar las más preciosas vistas y accidentes pintorescos menos esperados.”

Voyage pittoresque, par Melling
Voyage pittoresque, par Melling.
Bibliothèque patrimoniale de Pau, cote ALB-106

Nacida en torno al modelo del jardín paisajístico del final del siglo XVIII, la ruta turística pirenaica generó a su vez un “parque” ...

El hecho de que los viajeros asimilen estos sitios naturales al jardín ha dejado huella en la toponimia pirenaica: se refiere así al jardín inglés para el Marcadau en Cauterets, al jardín de los herboristas situado bajo el Pic de Midi de Ossau, cuando se desciende el circo de Moundeils, al jardín japonés cuando se asciende al Balaïtous por el valle de Arrens.

Hoy, cabe admitir que desde un punto de vista topográfico, los sitios enumerados más arriba marcan el recorrido de la zona alta del Parque nacional de los Pirineos, instituido por decreto el 23 de marzo de 1967. Nacida en torno al modelo del jardín paisajístico del final del siglo XVIII, la ruta turística pirenaica generó a su vez un “parque”, el Parque nacional de los Pirineos, versión nacional y de alcance regional del parque aristocrático privado. Cambio de escala, desplazamiento de los valores – se pasa de la colección (parque o jardín-gabinete de curiosidades paisajísticas) a la conservación (área protegida) –, modificación de las costumbres – del paseíto que se daba por las fincas al viaje espontáneo o la excursión organizada –, cambio también de las tasas de visitas. Con estas mutaciones, aceleradas por la diversificación de las prácticas de montaña, a partir de la creación hacia 1870 de las asociaciones alpinas, y de los medios de transporte, surgió la necesitad de tomar medidas.

El contenido iconográfico de la recopilación de Houbigant no podría ser más significativo de este fenómeno. Valoriza mediante las estampas y sus propios esbozos la versión osalesa de los motivos del jardín paisajístico al estilo inglés, tal como lo interpreta en Francia el marqués René-Louis de Girardin, gran amigo de Rousseau, en su propiedad de Ermenonville cerca de París.

Les quatre cascadelles du Haut Valentin
Les quatre cascadelles du Haut Valentin, dibujos por A.-G. Houbigant. Volumen 1, página 230

Mencionemos las distintas cascadas que desprenden su música y su frescura en las inmediaciones de Eaux-Bonnes: las cascadas y cascatelles [pequeñas cascadas] del Valentin que le arrancan a Houbigant cortos estudios dibujados, y serán pocos años después acuareladas por el gran Eugène Delacroix, que había venido para realizar tratamientos termales en 1845; la cascada del Discoo; la catarata del Gros-Hêtre de la que Houbigant realiza una encantadora acuarela así como un dibujo, y adjunta una litografía de Victor Petit, conocido por su pequeño puente rústico; la catarata de Larresecq, etc. Entre las cuevas o parecidas, señalemos la Villa Castellane, la cueva de Eaux-Chaudes que se convertirá en uno de los lugares destacados de la espeleología, la cueva de Mailly en la garganta de Gabas, etc.

Cascade du Gros Hêtre, lith. par Victor Petit
Cascade du Gros Hêtre, lith. par Victor Petit. Volumen 1, página 227

 

Hélène Saule-Sorbé, profesora universitaria de Artes Plásticas 
Universidad Michel de Montaigne - Burdeos 3 

 

Más información
  • (1)  P .H. de Valenciennes, Elémens de perspective […] suivis de Conseils à un Elève sur la Peinture, et particulièrement sur le genre du Paysage, [1800], reprint Minkoff, Genève, 1973.
  • H. Saule-Sorbé, Pyrénées, voyage par les images, éd. J.M. de Faucompré, Serres-Castets, 1993.