El siglo XIX se caracterizó por el despliegue colosal de las técnicas de multiplicación de la imagen. En el siglo XVIII, el entorno de los consumidores de estampas – o sea imágenes u obras originales reproducidas por los medios semi-mecánicos del grabado tradicional (buril, aguafuerte y aguatinta) – aún se restringía a una élite acomodada, algo que ya no se verificó después de acabada la Revolución francesa. La burguesía, clase social en auge, tenía afán de saber, ver, conocer, poseer.

El siglo XIX se caracterizó por el despliegue colosal de las técnicas de multiplicación de la imagen.

Este anhelo representaba un profundo incentivo para la prensa que diversificó las publicaciones semanales y mensuales, y particularmente para la edición que fue difundiendo novelas con ilustraciones grabadas en madera – nos viene a la memoria Voyage aux Pyrénées de Taine illustrado por Gustave Doré – y una gran cantidad de álbumes de litografías. Técnicos se esforzaban por lograr que la fidelidad de reproducción y la eficacia de producción fuesen cada vez más grandes y que fuese posible la obtención de tiradas infinitas.

La litografía emergió en semejante marco, y su edad de oro será el de las décadas románticas (1820-1850), antes de que la fotografía, especialmente el proceso negativo/positivo del calotipo, la suplantara.

<Voyage aux Pyrénées, par Hippolyte Taine
Voyage aux Pyrénées, par Hippolyte Taine
Bibliothèque patrimoniale de Pau, cote M1544

"El proceso permite reproducir en numerosas copias un dibujo trazado con tinta o lápiz litográfico sobre una piedra caliza."

En Alemania, Aloïs Senefelder (1771-1834) desarrolló en 1796 la litografía, procedimiento verdaderamente eficaz a partir de 1799 que luego se utilizaría en Francia hacia 1820. Pasa a ser el medio privilegiado de la estampa romántica. El proceso permite reproducir en numerosas copias un dibujo trazado con tinta o lápiz litográfico sobre una piedra caliza. La naturaleza grasa del dibujo hace que se adhiera la tinta de impresión, mientras que la piedra pulimentada, al ser humidificada, la rechaza. El procedimiento supone entonces un nivel de complejidad mucho menor que el del grabado en metal. Permite asimismo al artista dibujar directamente sobre la piedra o incluso en un papel autográfico (o reporte) trasladado a la piedra presionándolo con una prensa para que la imagen quede invertida. Por consiguiente, desaparecen los intermediarios entre el artista y el producto final. Otras tantas cualidades que
le garantizan un triunfo sin precedentes.

Retrado de Aloïs Senefelder
Retrado de Aloïs Senefelder. Source : Wikipedia

 

Hélène Saule-Sorbé, profesora universitaria de Artes Plásticas 
Universidad Michel de Montaigne - Burdeos 3